Un conjunto de composiciones figurativas en óleo, tinta o acrílico sobre tela, madera o papel. Aunque presentan en general un carácter narrativo, no responden al propósito de ilustrar ningún argumento concreto, sino sencillamente al hecho de inspirarse en manchas de tinta o de color aleatorias para hallar figuras y crear temas pictóricos.
Algunas de estas obras no desdeñan instalarse a medio camino entre la pintura y la ilustración, inclinándose alternativamente hacia una u otra. Hay piezas claramente pictóricas, que otorgan importancia a la pincelada, al toque espontáneo, al color o incluso a la materia. Otras son más gráficas y muestran una trama lineal orientada a inventar y describir minuciosamente formas hasta el infinito. Este juego de la fantasía es estimulado por la tinta, que confiere a algunos dibujos un aspecto próximo al de ilustraciones y grabados antiguos.
Que sean las formas casuales de tinta o de color lo que da al artista las primeras indicaciones sobre el camino a seguir es también habitual en otras series del autor. Y con frecuencia ha sido la línea el medio utilizado para ver y agrupar figuras, paisajes y objetos hasta poner casi en peligro el efecto de conjunto.
Los cuadros al óleo son los más pictóricos, la filigrana lineal no predomina en ellos buscando mil formas de figuras u objetos como suele hacerlo en las obras en acrílico y tinta. Sin embargo, también los óleos responden a la improvisación a partir de tramas lineales, de modo que todo es invención, incluso los retratos.